Lágrimas por King Kong


La semana pasada has descubierto King Kong. Ha sido amor a primera vista entre tu y el gorila gigante. Al principio te está costando recordar el nombre de King Kong, y sueles decir Pin Kong, que es una variación de unos dibujos animados que te encantaban y que se llaman Pink Fong. Sólo cuando alguién pronuncia bien el nombre es cuando eres capaz de repetirlo.

Como suele pasar, ahora es la única película que quieres ver. King Kong y Tarzán son una combinación potente. He intentado que veas Godzilla y otras películas de titanes, pero nada, tú sólo quieres King Kong.

Aunque todavía no te he puesto la versión en blanco y negro, ya te has visto otras dos versiones. Skull Island y el King Kong de Peter Jackson. Skull Island, siendo más terrorífica, te causa menos impresión. Sólo le prestas atención a las peleas con otros monstruos, pero ese King Kong es menos humanos y más monstruoso.

La que de verdad te ha gustado es la de Peter Jackson. En especial cuando Naomi Watts baila para el gorila y cuando King Kong pelea con dos dinosaurios para defender a la chica.

La maldita caja tonta comiéndote el coco.

Cuando la viste la primera vez no podías apartar la vista de la pantalla. Y el momento más mágico para mí, y más terrible para tí, es cuando, tras una brutal lucha entre los aventureros y KK, Jack Black consigue dormirlo arrojándole unas botellas de cloroformo en el hocico.

Cuando King Kong empieza a marearse y cae dormido al suelo te diste la vuelta y con los ojos llenos de lágrimas, viniste a abrazarme. No sé que te pudo pasar por la cabeza. Si simplemente fue la emoción de verlo caer o realmente sentiste compasión por Kong. Yo sí que sentí lástima por él, pero por un motivo meditado.

De cualquier modo, fue un momento muy entrañable y todos en casa pensamos que como puede ser este niño tan dulce.


No hay comentarios que mostrar.